El agujero
Derecho al delirio de Eduardo Galeano
Èric. Primer mes en fotos.
Nací el 23 de diciembre y estaba muy gordito.
Pasé el día de Navidad en el hospital y me hicieron regalitos.
Aquí estoy a punto de hacer mi primera sonrisa.
Me vino a visitar mi iaia Montse.
Mi primer paseo fue al lado del río.
Mi primera teleconferencia. Celebramos el nuevo año con Eva Vidal y sus papás.
A veces imagino que tengo un arco y flechas.
Ese día me hicieron una sesión de retratos.
Cuando tenía 12 días se me cayó el cordón umbilical.
Duermo en la habitación de mis papás y han adornado mi lugar con un tren muy bonito.
A veces (muchas veces) me enojo, pero sigo igual de bonito.
Celebraciones
Antes de nada, lo digo. Hoy es mi cumpleaños. Creo que es el primer año desde que tengo el blog que no he hecho una entrada especial anunciándolo. Casi se me pasa venir a decirlo por aquí, pero como mi vida ha dejado de ser mía para pasar a ser de mi hijo, lo mismo le pasa a este blog, que ahora es de él.
Así que olvidémonos de mí, y ahora mismo voy a preparar una entrada con las 26 fotos seleccionadas del primer mes de vida de Èric, que el viernes publiqué en Facebook y que también merecen estar por aquí, que tengo el chiringuito muy abandonado.
La aspiradora
El encargado
Guerra
¿Probablemente?
He oído que un par de autobuses de Barcelona llevarán la siguiente frase:
Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida.
Yo no estoy de acuerdo. Si por mi fuera, la dejaría así:
Dios no existe. Punto pelota. Y ahora dejad de joder.
Quiero aclarar que sí estoy de acuerdo con el probablemente, pero sólo a nivel científico-matemático, y con una probabilidad casi absoluta. El problema con el lema de los autobuses es de lenguaje: cuando la gente de la calle dice probablemente, suena a «hay más de un 50% de posibilidades de que…» y no es eso lo que los ateos queremos decir con la frase, sino «hay un 99.9999999…%, y no digo un 100% porque como escéptico no me cierro las puertas a nada, de que Dios no exista, y en la remota posibilidad de que existiera, más me vale vivir como si no, porque si en treinta y cuatro años no ha tenido la decencia de venir a comer a casa, no creo que se presente este domingo».
Total, que como la gente sólo entiende las cosas a ostias, la segunda frase sería más efectiva.
Bola extra: Hace unos días tocaron a mi puerta dos mujeres. Una era una señora de avanzada edad y la otra una mujer inmigrante de unos 30 años. Me preguntan «¿Qué opina usted de la Biblia?». «Un bonito libro de cuentos», contesté. «¿No cree usted en Dios?». «No, en absoluto. No es que no crea, es que sé que no existe.» «Pero ¿y todas las evidencias?». «¡¿Evidencias?! Creo, señora, que evidencias sobre la existencia de Dios es lo último que va a encontrar. Y ahora, si me disculpa, hace frío aquí fuera, y como no llegaremos a entendernos, les ruego que sigan su camino. Buenos días.»
Valdeluz, pueblo fantasma
Iba a dejar solo el video, pero creo que la historia es digna de un pequeño resumen:
La estación del AVE de Guadalajara no está en Guadalajara, sino en el término municipal de un pueblo llamado Yebes. Por alguna extraña razón, y supongo aprovechando el boom inmobiliario del momento, se decidió construir, además de la susodicha estación, todo un barrio de 34.000 habitantes al que llamaron Valdeluz. Casualmente los principales propietarios de todos esos terrenos eran familia de Esperanza Aguirre, pero no haremos hincapié en esto.
Hace un par de meses, Rinzewind, el Camarada Bakunin y el Teleoperador, se fueron a dar un paseo por allí. Les recomiendo los respectivos reportajes que les acabo de enlazar, pero este video que tomaron lo resume todo: