– ¿Qué hacemos de cenar esta noche?
– Mmmm, no sé… ¿Arroz?
– ¡Zorra!
– ¿Qué? ¡Ah! Ora.. ¡aro!
– ¡Raro!
– Orar…
– … ¡roza!
Cuando las conversaciones en casa empiezan a parecerse a ésta, deberíais plantearos dejar de jugar al Word Challenge.
El Laboratorio del Dr. Txap
– ¿Qué hacemos de cenar esta noche?
– Mmmm, no sé… ¿Arroz?
– ¡Zorra!
– ¿Qué? ¡Ah! Ora.. ¡aro!
– ¡Raro!
– Orar…
– … ¡roza!
Cuando las conversaciones en casa empiezan a parecerse a ésta, deberíais plantearos dejar de jugar al Word Challenge.
Hasta el viernes había resistido, pero en la misma semana se apuntaron (y me invitaron) mis hermanas y dos de mis mejores amigos sólo saben conversar entre ellos por teléfono sobre las puntuaciones de los juegos de Facebook, y otros dos amigos (que se conocen gracias a que ambos son comentaristas de este blog) no dejan de insistirme que me apunte.
Así que me apunté el viernes, y me pasé el sábado jugando.
No tiene nada demasiado especial: es un agregador social, como linkedin, myspace o microsoft live (antes microsoft spaces), sólo que totalmente orientado al ocio. Es decir, sin ninguna utilidad práctica más que para pasar el rato. Iba a decir «perder el tiempo», pero no quiero añadir connotaciones negativas al asunto, que perder el tiempo está muy bien siempre que no afecte a la productividad laboral o a las relaciones personales del mundo real: las de «cara a cara».
A primera vista pienso que el éxito de Facebook radica en un par de elementos. El primero es la baza de la adicción. Tomémoslo como un juego (o varios), a ver quién consigue encontrar a más amigos, quién consigue más regalos virtuales, quién deja, y a quién le dejan más mensajitos. Aparte están los juegos en sí, en los que compites directamente con tus amigos en a ver quién saca mayor puntuación.
El segundo elemento es la sorpresa. Gracias al éxito de Facebook encuentras apuntada a gente que nunca pensabas ni siquiera que tenía un ordenador, o a amigos perdidos de tu infancia y adolescencia.
Supongo que en pocos días perderá la gracia. Al menos más me vale que sea así, que ya tengo suficientemente abandonado este blog como para encima liarme con otras cosas.