Por un lado, los que ya nos cobran cada mes para que accedamos a internet exigen a los que nos facilitan el acceso a los contenidos de la red que compartan sus ganancias, alegando el uso que hacen de sus redes.
Por otro, los que nos ayudan a encontrar contenidos de forma gratuita hacen generosas donaciones a los que almacenan contenido proporcionado voluntariamente por miles de colaboradores.
Esto me plantea muchas preguntas… y me llena de ganas de abofetear a alguien.